Cargas policiales a una niña y a un fotoperiodista

22/08/2011

Policía apalea a un fotoperiodista testigo de la agresión por sorpresa a una joven. periodismohumano.com – Daniel Nuevo

Carga policial y aplausos de los JMJ. youtube.com – TheCuxipu




Relato del fotoperiodista apaleado que aparece en el
video, Daniel
Nuevo (@duendecolorao)
.

Vuelvo en el metro camino a casa. Hace diez minutos
estaba en la calle Atocha tirado en el suelo recibiendo porrazos,
puñetazos y patadas por parte de nuestras Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad del Estado. ¿Por insultar? ¿Por provocar?
¿Por arrojar objetos? Pues no. Solo por fotografiar una
agresión policial a una chica que cometió el delito de
pasar por allí y no llevar mochila del JMJ.

Tras la carga policial en la Calle Carretas, hubo una
aparente calma. Vi a un grupo de 15 integrantes de las FCSE dirigirse
por la calle Atocha en dirección a la parada de metro de Antón
Martín. Un grupo de personas entre las que había
peregrinos e integrantes de la concentración laica de Sol
bajaba por la acera contraria. Decidí seguir la “expedición”.
De entre el grupo se oyeron algunos insultos dirigidos a los
policías. De repente, la policía cortó la calle.
Interrumpieron el tráfico y crearon  una barrera que
impedía el paso. Iba a la altura de ellos y tras identificarme
como fotógrafo me ordenaron situarme detrás de ellos.

Comenzaron
a filtrar a la gente que podía pasar en función de la
mochila que llevaban. La primera chica que no llevaba mochila de la
JMJ fue inmediatamente identificada como la que les había
insultado. Había más gente, pero él (en todo
momento fue la persona que estaba al mando quién llevó
la voz y mano cantante en las palizas) necesitaba su dosis de ostias.
Primero fue un tortazo, después un porrazo tras otro. En ese
momento comencé a hacer fotos, 2 exactamente. El flash me
delató, y dirigió todas sus energías hacia mí.
“La cámara, dame la puta cámara” fue lo que
escuché inmediatamente antes del primer porrazo.

No entendía nada. Solo estaba haciendo fotos y más
cuando previamente me había identificado como fotógrafo
y me habían indicado el lugar en el que podía estar,
que en ningún momento abandoné. Solo acertaba a
preguntar “¿Por qué?” y proteger la cámara.
En ese momento recibí varias patadas y puñetazos,
culminados por otra ronda de porrazos. “La cámara, que
me des la puta cámara te he dicho”.

Ví que tenía mucho que perder. Estaba solo y sin
testigos (o eso creía yo), usando mi propio equipo. No creía
que las fotos que había hecho compensaran poner en riesgo la
cámara y los objetivos. En ese momento comencé a
decirle que le daba la cámara pero que pararan. Parece que
estas palabras calmaron su ira hacia mí y volvió a
dirigirse a la chica. Un compañero suyo comenzó a
gritarme que me fuera, me levanté e intenté salir
corriendo. Iba con la cabeza agachada y topé con otro policía.
Me ordenó quedarme en el suelo y le dije lo que me acababa de
decir su colega.

Pero vino lo peor. Un porrazo en la nuca que me paralizó
por completo durante unos segundos. De pronto dejé de sentir
que tenía un cuerpo y me desplomé. Caí al suelo
de una pieza. Ahí supe qué es el miedo. No sentía
mi cuerpo, daba órdenes a mis brazos para sujetar la cámara
pero eran inútiles. Desde el suelo seguía viendo como
me miraba un policía. Se me nubló la vista y perdí
la conciencia durante un par de segundos. Cuando la recobré,
el jefe había ordenado retirada. El policía que me
miraba se estaba yendo cuando vió un objeto en el suelo “¿De
quién es esta funda?”. “Mía” conseguí
decir, a lo que el respondió tirándomela a la cara.
Supongo que después de como me habían tratado,
agacharse y dejarla al lado de quién habían estado
apaleando era demasiado…

Y ahí me dejaron. Tirado en el suelo después de la
paliza por hacer dos fotografías. Rápidamente se
acercaron dos hombres. Me ayudaron a incorporarme y me preguntaban
como estaba. Yo solo pensaba en salir de allí, era lo primero.
No me sentía seguro en la calle, en nuestra calle. Temía
que volvieran y sabía que esta vez sería peor.
Comenzaron a calmarme asegurándome que ya se habían
ido, pero en mi estado era incapaz de creerles. Pero lo consiguieron.
Nos refugiamos en una calleja, donde poco a poco comenzamos a hablar
tranquilamente. Uno de ellos me dijo que había estado grabando
todo el tiempo. Afortunadamente no lo vieron, sufre problemas de
espalda y si lo hubieran visto habría recibido lo mismo que yo
pero las consecuencias habrían sido mucho más graves.

Gracias a ellos volví a pensar friamente. Me acordé
de la chica a la que habían abofeteado y en el chico que
intentaba protegerla. Recordé toda la escena y cómo
había sucedido. No era capaz de comprender lo que había
pasado, creía que en un estado “moderno” como el
nuestro no pasaban estas cosas. Que no se apaleaba a la prensa por
hacer fotografías. Que no se dejaba a su suerte a una persona
en la calle tras haberle propinado un porrazo en la nuca que hizo que
se desplomara. Creía…Ingenuo.

Ahora te hablo a tí, señor policía con
agentes a su cargo y con la mano ligerita. Has intentado callarme,
evitar que hiciera el trabajo que amo, el que me permite denunciar
abusos como los tuyos. Has intentado coartar mi libertad de
expresión. Has intentado que borrara las fotografías
que probaban tu brutalidad. Has intentado quitarme mi herramienta de
trabajo a base de porrazos. A pesar de todas estas ilegalidades
manifiestas, ¿sabes qué, amigo de las FCSE?. No te
guardo rencor más allá del dolor físico. Solo lo
has intentado, no lo has conseguido ni lo conseguirás. Al
revés, me has dado alas. Alas para confirmar que es esto lo
que he querido hacer durante toda mi vida. Alas que me permitirán
seguir denunciando injusticias como las que perpretas bajo tu
placa…ah, no que no tenías. Ha sido la primera paliza
que recibo por informar y me temo que no será la última.
Creeme cuando te digo que la olvidaré. Me has bautizado, y en
esta confesión no apostata ni Dios.

PD: Infinitas gracias a Carlos y al otro hombre (lo siento pero no
recuerdo tu nombre…) por ayudarme, por cuidar de mí
cuando lo necesitaba. Gracias.

Periodismohumano ha hablado con
Carlos González Ximénez
, fotógrafo que está
cubriendo los actos vinculados con la visita del Papa a España,
autor del video y una de las dos personas que atendió a Daniel
Nuevo tras el ataque del policía que golpea en la cara a la
joven y que inmediatamente se da cuenta por el flash de que su
agresión ha sido fotografiada. Sus compañeros secundan
sus actos.

El día
después
, por Daniel Nuevo
(@duendecolorao)

Vuelvo a casa de los Juzgados de Plaza de Castilla.  Ayer
cuando conseguí dormir a las 5 de la mañana había
dejado escrito el post “Solo
por informar
” y no tenía ni idea de la repercusión
que iba a tener. La “culpa” la tiene Carlos, el hombre
que viendo como nos acorralaban y pegaban tuvo el coraje de seguir
grabando a sabiendas que si lo veían sería el
siguiente. Olvidó por unos momentos sus problemas de espalda y
decidió que estaba viendo algo que no podía quedar
impune. Que no podía quedarse ahí. Que tenía que
compartirlo.

Foto: Daniel Nuevo (Fotografía de ayer 18 de agosto
previa a la carga en la Calle Carretas y Atocha)

Viendo el Telediario de TVE de esta noche he dudado de si éramos
nosotros a los que agredieron. La historia que han contado no se
parecía a la que vivimos. Con una narración plagada de
“presuntos” y “supuestos” han resumido los
hechos. Lo grave es que a la vez estaban mostrando el video colgado
por Carlos, editado y omitiendo algunas partes. Han contactado con la
Policía, indicaban que en caso de que existieran indicios de
algún hecho irregular investigarían los videos. En
segundo lugar han informado que no se había presentado ninguna
denuncia. Y sigo asombrado. Asombrado porque a pesar de que he estado
en contacto durante todo el día con RTVE.es en el Telediario
de TVE no han usado esa información, solo la proporcionada por
las FCSE. Asombrado porque una televisión pública
manipule sin ningún tipo de pudor, mostrando un video y
contando otro.

En cuanto a la negativa por parte de la policía sobre
alguna denuncia… Qué queréis que os diga pero no
me sentía con las fuerzas necesarias para presentarme en una
comisaría y denunciar los hechos. Sé que elementos como
los que nos agredieron anoche no abundan en las FCSE. Afortunadamente
se trata de individuos aislados pero que manchan la labor de un grupo
de personas que en la mayoría de ocasiones solo cumplen
órdenes. Pero ayer no fue así, era una cacería
dirigida por la persona al mando del grupo de policías. De
hecho, uno de ellos me dijo que me fuera corriendo en cuanto su jefe
se alejó unos metros. No creo que cumpliera órdenes
porque justo después recibí el porrazo en la nuca.

Como digo no quería interponer la denuncia en una comisaría
y por eso he ido a los juzgados de Plaza Castilla. El momento que he
vivido allí con los funcionarios ha sido indescriptible. Me
han hablado de la cantidad de personas que acuden diariamente a
denunciar agresiones parecidas. De los dispositivos policiales
desplegados por la mañana a la hora de liberar a los detenidos
la noche anterior. Me lo contaban y me daba la impresión que
lo único que hacían era relatar su día a día
o en lo que se había convertido.

Y ahora os hablo a vosotros. Familia, amigos, conocidos,
desconocidos…que durante el día de hoy habéis
inundado mi correo, facebook, twitter con mensajes. Os habéis
preocupado por mí, habéis intentado animarme, apoyarme…
¿Y sabéis qué? Lo habéis conseguido. Me
habéis dado muchas más fuerzas y energías que la
paliza de ayer. Durante toda mi vida recordaré el día
de hoy por las muestras de cariño desinteresadas, los mails
que sin conocerme de nada me ofrecían su apoyo, por los
mensajes de compañeros fotógrafos especialmente
indignados. Si anoche una paliza me dió alas, hoy, vosotros,
los que de verdad me importáis, me habéis enseñado
a volar.

PD: Y no. Pensé comentar las declaraciones de José
Blanco negando las desmedidas actuaciones policiales pero me parece
inútil. No me gusta hablarle a las paredes.




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