Un jurado popular declara culpable al acusado de matar al dueño del bar «Toledano» de Leganés en 2003

26/01/2007

Un jurado popular de la Audiencia Provincial de Madrid ha declarado culpable por unanimidad a Robert S., un ciudadano polaco acusado de haber matado con una tabla de madera al dueño de un bar de Leganés tras una discusión ocurrida en febrero de 2003.


El escrito del Ministerio Fiscal, al que ha tenido acceso Europa Press, considera probado que el 13 de febrero de 2003, sobre las 2.20 horas, el imputado golpeó a Antonio Casas, propietario del bar «Toledano» «en reiteradas ocasiones con una tabla de madera en la cabeza», lo que le provocó la muerte a los pocos minutos. Asimismo, el fiscal mantiene que tras la agresión el procesado se apoderó del dinero de las máquinas recreativas (un total de 1.441 euros) y salió huyendo.

El Ministerio Público considera estos hechos constitutivos de un delito de homicidio y otro de hurto, por lo que solicita 15 años de prisión para el imputado y una indemnización de 200.000 euros para la mujer y los dos hijos del fallecido. Robert S. se encuentra en prisión provisional desde que fue detenido, a los ochos meses del fallecimiento de Antonio Casas.

El letrado de la acusación particular, Jaime Sanz de Bremond, mostró a Europa Press su satisfacción por el veredicto del jurado, y añadió que «era difícil conseguir pruebas que incriminaran al acusado, dado que entre los hechos y la detención del autor pasaron ocho meses y no hubo testigos en el momento de los hechos».

EL ACUSADO NEGÓ LOS HECHOS

Durante el juicio celebrado en la Audiencia madrileña desde el 11 de enero, Robert S., condenado en su país por robo a año y medio de prisión, manifestó que el día de los hechos «estaba jugando a las máquinas en el bar, como tantos otros días». «La gente se fue marchando, y nos quedamos solos el dueño y yo. Terminé de jugar y me marché», aseveró.

Asimismo, Robert indicó que se enteró de la muerte de Antonio Casas cuando le detuvieron, y negó que a los pocos días del incidente se cortara y tiñera el pelo (tenía melena) para cambiar su aspecto. «Lo hice porque era una moda y porque mi hijo es rubio, no para que no me reconociera la policía», afirmó.

Por su parte, la acusación particular interrogó a Robert sobre unas manchas de sangre del procesado que se encontraron en el interior de las máquinas recreativas. «Sería de alguna ocasión en la que el dueño cogió monedas de la máquina para tener cambio, mientras yo curioseaba en el interior de la tragaperras», indicó, y agregó que, como de profesión es albañil, es normal que tenga cortes en las manos que hayan podido dejar restos de sangre.

La defensa había alegado durante la vista oral que si su representado fuera el autor del homicidio «se hubiera huido a su país o a cualquier otro lado». Por su parte, la acusación particular pide 16 años de prisión para el reo, y una indemnización de un total de 420.000 euros para la mujer y los dos hijos del difunto. Los jurados populares están formados por 11 ciudadanos elegidos por sorteo (nueve titulares y dos suplentes). El veredicto declara por unanimidad que el procesado es el autor de los delitos que se le imputan.

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