Seguimos sin empleo o en precario

En el último mes Leganés alcanzó los/as 15.962 parados/as, con una subida del 2,16%, la mayor de los municipios del sur como informaba la web Leganés Activo. Algo que pese al vaivén de cifras al que nos han acostumbrado, continua afectando a una cantidad importante de vecinos/as y sus familias, que ven como la situación laboral a penas a mejorado en el último año. Especialmente para los/as menores de 25 años, con un tasa estatal que aun roza el 50%, y para los mayores de 55 años que temen por su escasa cotización en el último tramo. Los hogares donde solo se hace un ingreso mensual o ninguno, continúan sufriendo consecuencias devastadoras para el futuro próximo de sus miembros, que carecen de recursos para planificar un plan de vida a la vez que traspasan umbrales considerados de pobreza severa. (Ver Emergencia Social, no hay tiempo que perder)

Las tímidas bajadas que se nos han anunciado este año tienen su origen en el empleo temporal encadenado, a tiempo parcial asociado a horas extras obligatorias y con salarios por de bajo del mínimo. Casi un 70% de los/as trabajadores/as a media jornada lo hacen por no disponer de uno a tiempo completo, mientras que al menos la mitad realizan horas no remuneradas. Unas condiciones precarias y una falta de derechos que se legalizaron en las últimas reformas laborales, que cumplen holgadamente con la petición de la patronal, que ven aumentar la hiperflexibilidad del personal a la vez que se ven premiados por suculentas bonificaciones que no repercuten en los/as contratados/as.

En nuestro sindicato hemos considerado desde que la situación de indefensión es generalizada para la clase trabajadora, que las medidas que deseen atajar el problema del paro y la creciente desigualdad social deben de pasar necesariamente por: la cobertura universal y digna de los/as desempleados/as en condiciones fáciles de acceso, la reducción de la jornada laboral a 30 horas, de manera que se reparta el trabajo para todos/as, la bajada de la edad de jubilación a los 55 años, dando paso a las edades más productivas, la suspensión de los contratos de formación, prácticas y “fomento del empleo” o la persecución a las fraudulentas contrataciones de “falsos autónomos. De igual modo, hacer frente sindicalmente a los EREs y ERTEs que siempre se sostienen en dudosos reajustes y a los cierres y concursos de acreedores en los que el/la trabajador/a se ve afectado por una situación de la que no es responsable. En definitiva proponemos ni un despido más, por ni un empleo menos.